Conocer en qué consiste el autismo es fundamental para desterrar falsas creencias
La OMS (Organización Mundial de la Salud) estima que 1 de cada 160 niños tiene un TEA (trastorno de espectro autista). El autismo ya no es un gran desconocido, gracias a que en los últimos años ha habido mucha más información y concienciación por parte de la sociedad y del personal sanitario. Sin embargo, aún nos queda mucho camino por recorrer, para saber en qué consiste y cuáles son sus implicaciones. Y uno de esos caminos es acabar con los mitos y falsas creencias arraigados durante todos estos años en nuestra sociedad:
Capacidades excepcionales
Se ha generalizado la idea de que las personas con autismo tienen capacidades excepcionales para realizar algunas actividades como memorizar listados imposibles o contar cosas con solo un vistazo, por ejemplo. Pero esto no siempre es así. Más bien es un mito que nos han transmitido en las películas de Hollywood.
Ausencia de emociones
Tampoco es cierto que las personas con autismo carezcan de emociones ni que no se comuniquen con su entorno. La realidad es que sí disponen de herramientas para comunicarse, relacionarse e interactuar con su entorno. Sin embargo, en entornos hostiles o cuando se sienten amenazados, las personas con TEA buscan entornos más seguros y alejados del estrés.
No hay ninguna relación con las vacunas
Existe un mito que indica la aparición de los síntomas del autismo con la administración de las primeras vacunas. Sin embargo, muchos estudios han desterrado ya esta idea, a pesar de que los movimientos antivacunas siguen utilizando este discurso.
No hay ninguna cura, porque no es una enfermedad
El autismo no es una enfermedad, es una condición. Por eso no se puede hablar de que haya ninguna cura. Han surgido numerosas pseudociencias, terapias alternativas y métodos milagrosos que, aprovechando la desesperación de los padres, quieren encontrar cualquier solución.
De hecho, estas terapias en muchas ocasiones, llegan a ser contraproducentes para personas con TEA. La única intervención que cuenta con un aval científico es desarrollar una intervención psicoeducativa individualizada, especializada e intensiva que comience de la forma más precoz posible y que se extiende a lo largo de todo el ciclo vital.
Los niños con TEA no pueden ir al colegio
Aunque no lo creas, en determinados círculos, se ha extendido la idea de que los niños con determinados grados de autismo no deben ir al colegio. ¡Nada más lejos de la realidad! Deben ir al colegio.
La inclusión escolar facilita y mejora su capacidad para relacionarse. Además, el beneficio no será sólo para el niño con TEA, sino también para el resto de alumnos, que aprenderán a vivir en igualdad. Evidentemente, para su integración escolar es necesario un modelo educativo con los apoyos necesarios y el ambiente estructurado preciso para favorecerla.
Las personas con autismo son violentas
Lo que les ocurre es que en algunos momentos pueden llegar a frustrarse por su incapacidad de comunicarse, por lo que pueden responder alguna vez de manera agresiva. Pero eso no significa que sean violentas o incontrolables. Con las terapias, estas reacciones acaban controlándose.