A veces son tratados como ciudadanos de segunda.
Tendemos a pensar que las barreras físicas son las más habituales que encuentran las personas con discapacidad. Sin embargo, existen otras barreras que son mucho más difíciles de superar: las sociales.
Normalmente, las personas con capacidades diferentes tienen que enfrentarse a vivir en sociedad como si fueran distintos, inferiores, e incluso marginados. Y no por decisión propia, o porque se sientan realmente así, sino por una percepción de la gente que les rodea. El rechazo y la lástima son sentimientos con los que normalmente tiene que lidiar un discapacitado todos los días.
Las barreras sociales afectan en muchos ámbitos de su vida: encontrar trabajo, mantener relaciones afectivas, acceder a la cultura y la educación, llevar una vida social normalizada,…y mucho más. En definitiva, se les trata muchas veces como ciudadanos de segunda, la mayor parte de las veces por el desconocimiento sobre su discapacidad.
De ahí que asociaciones como Acadis luchen cada día por la eliminación de estas barreras que dificultan la vida de algunas personas, que son eso, personas, con todos sus derechos y deberes.
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