Consejos para afrontar el primer día de trabajo en una nueva empresa


Causar una buena impresión es muy importante en tu primer día de trabajo

El primer día de trabajo en una nueva empresa puede ser muy estimulante, pero a la vez puede generarnos mucho estrés. Nos preocupa empezar con buen pie, dar buena impresión, tomar nota de todo y mostrar nuestra profesionalidad desde el minuto uno. Son muchas novedades juntas, por lo que no te vendrán mal estos consejos que te damos a continuación, para que superes ese primer día de trabajo con éxito y la mayor seguridad posible.

Lo primero que te aconsejamos es que, una vez superada la entrevista de trabajo y firmado el contrato y si te quedan unos días libres antes de empezar, lo mejor que puedes hacer es aprovechar esas últimas horas para prepararte todo lo que puedas. De esta forma, triunfar el primer día será más fácil.

Busca información sobre la compañía

Es un punto muy a tu favor que hagas un esfuerzo por conocer a fondo la empresa antes de entrar en ella. Busca en su página web, redes sociales y cualquier publicación que veas en Google, todas las pistas posibles para conocer su cultura, su forma de trabajar y sus hábitos a nivel de trato, comunicación, vestuario y otros factores que puedan resultar relevantes.

Cuida tu imagen

Aunque parezca un cliché, es importantísimo cuidar el vestuario y adaptarlo a tu tipo de trabajo y a los objetivos que quieras conseguir. Revisa tu armario para revisar si tienes todo lo que necesitas y si no es así, podrás comprar las prendas que necesites.

El aspecto es muy importante para conseguir tus objetivos profesionales, tanto si tienes que cumplir un código de vestimenta concreto (ir de traje y corbata, por ejemplo), como si no.

Llevar la ropa adecuada te ayudará a sentirte cómodo, seguro y mostrar tu personalidad a través de la ropa.

Por supuesto, sobra decir que la ropa debe estar bien planchada y sin manchas. ¡Parece obvio, pero hay que recordarlo!

Cuida la comunicación no verbal

Aparte de la imagen, la comunicación no verbal es también un punto bastante importante para conseguir que tus compañeros se lleven una buena impresión tuya.

Intenta proyectar una imagen positiva, mantenerte relajado y con una postura corporal abierta. Todo esto te ayudará a parecer seguro y confiable.

Estudia la ruta que seguirás para ir a trabajar

Decide si vas a ir en coche, en transporte público o andando (en el caso de que la empresa esté cerca de tu casa). Debes saber cuánto vas a tardar en todos los casos y conocer bien la ruta. De esta forma, evitarás llegar tarde el primer día (algo que no se puede consentir).

Se aconseja hacer el trayecto unos días antes para familiarizarte con él y comprobar lo que tardas, si hay atascos, si se puede aparcar,… Teniendo todo esto controlado, ayudarás a calmar los nervios del primer día.

Sé positivo

Si eres una persona muy nerviosa o insegura, intenta trabajar técnicas de respiración, relajación o visualización. Piensa en positivo y visualiza que todo va a salir bien. Puede parecer una tontería, pero os aseguramos que son técnicas que ayudan a estar más tranquilo ante este tipo de situaciones.

Levántate con tiempo suficiente

Como decíamos anteriormente, llegar tarde el primer día no es una opción. Además de que dará muy mala imagen de tu profesionalidad. Así que, ya sabes, tu principal objetivo es ser puntual.

Así que, lo mejor es que te levantes con tiempo suficiente; mejor que sobre tiempo. De esta forma, también contribuirás a estar tranquilo y no perder el tiempo con imprevistos.

 

Muéstrate natural

Una de las cosas que más preocupan cuando nos incorporamos a trabajar en una nueva empresa, es cómo vamos a relacionarnos con los demás. Las relaciones con los compañeros son muy importantes para integrarnos en la empresa. Por eso, aconsejamos comportarse de forma natural, no forzar nada. El tiempo nos irá colocando en nuestro lugar.

Por supuesto, debemos ser amables, educados e intentar recordar sus nombres.

Presta mucha atención

El primer día en cualquier puesto de trabajo, el nivel de exigencia no suele estar muy alto. Por ello, el consejo que te damos es que estés muy atento a todo lo que te explican, para que los próximos días, cuando ese nivel aumente, cumplas las expectativas de tus jefes. Si es necesario, toma notas y pregunta todo lo que no comprendas (no te quedes con dudas, porque te creará más inseguridad al día siguiente).

Asimismo, ten en cuenta que el primer día no serás capaz de controlarlo todo, así que date a ti mismo un respiro.

Fíjate bien con los compañeros

Observa con detalle a las personas con las que tendrás que tratar a diario. Analiza cómo es cada uno y el trato que puedes darles. Es decir, los primeros días, lo mejor es que tus relaciones sean cautelosas, sin entrar demasiado en confianzas, ya que algunas personas pueden sentirse mal. Es decir, los primeros días, limítate a observar y mantenerte un poco al margen.

Participa en las actividades con tus compañeros

También es una forma de entrar con buen pie, intentar formar equipo desde el primer momento. Es decir, si tus compañeros te invitan a comer con ellos o a tomar un café, hazlo. En estos ambientes más informales es donde se conoce de verdad a las personas y donde podrás valorar el ambiente real que hay en la empresa.

No tengas miedo de darte un poco a conocer, así que, si tus compañeros tienen preguntas sobre ti, contéstalas. Te ayudará a sentirte más cómodo e integrado.

No te exijas demasiado

Todos hemos sido el nuevo alguna vez. Relájate, porque nadie va a esperar mucho de ti el primer día salvo en los aspectos básicos.

Dedícate a trabajar

Ese primer día tienes que mostrar profesionalidad, por lo que evita distraerte con tareas que no sean propias del trabajo. No mires el móvil, ni internet, ni mucho menos las redes sociales. Acaba los trabajos que te hayan encomendado para ese día, y no te angusties si te lleva demasiado tiempo. Pronto serás más eficaz.

Un gesto que queda fatal es mirar el reloj continuamente dando la sensación de que tienes prisa por salir. Pregunta si hay algo más que hacer antes de irte a casa.

Haz balance al final del primer día

Pregúntate si estás satisfecho, si estás más o menos tranquilo, si te has quedado con la sensación de que serás capaz de realizar el trabajo para el que se te ha contratado. Analiza todo lo que has hecho bien y lo que has hecho mal y ponle remedio.

Share

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *