La compra de aparatos especiales, reformas en viviendas o servicios de rehabilitación, entre los principales gastos
Desgraciadamente, las personas que tienen alguna discapacidad tienen que asumir grandes gastos si quieren tener calidad de vida o una vida autónoma. Son gastos que no cubren las administraciones públicas como aparatos especiales, reformas en sus viviendas, asistentes personales o servicios como fisioterapia, logopedia o rehabilitación.
De media, los gastos anuales pueden ascender a unos 42.000 euros y quienes no pueden afrontarlos, pueden o vivir aislados en sus casas o no tener todos los cuidados que debieran.
En función del tipo de discapacidad o del grado de la misma, se necesitarán unos servicios concretos. En ocasiones, se pueden recibir prestaciones públicas para sufragar estos gastos o las administraciones ofrecen deducciones en la declaración de la Renta. Pero la mayoría de las veces, la mayor parte del gasto lo afrontan los afectados y sus familias.
La mayor parte de este gasto se va en adaptar las viviendas y en contratar un asistente personal para ayudarles a realizar sus tareas. La siguiente partida más importante es la adquisición de aparatos como audífonos, sillas de ruedas o cualquier otro instrumento que les facilite llevar una vida lo más independiente posible.