La discapacidad visual genera limitaciones en diversos campos
Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en el mundo hay alrededor de 2200 millones de personas con algún grado de discapacidad visual. De todos ellos, alrededor de la mitad podrían haber evitado esa condición si hubieran sido tratados de manera correcta y a tiempo. De hecho, los estudios indican que la discapacidad visual es más recurrente en zonas rurales, en familias con bajos ingresos, en mujeres y en adultos mayores.
¿Qué es la discapacidad visual?
Lo primero que debemos entender es qué es este tipo de discapacidad. La discapacidad visual se da cuando la persona tiene algún tipo de patología que le impide tener una visión plena. Así, abarca desde las personas que están totalmente ciegas hasta personas que tienen una deficiencia significativa. Por lo tanto, agrupa a cualquier persona que tenga un problema visual grave, sin tener en cuenta la causa que lo haya provocado.
Para considerarse una “discapacidad”, el paciente debe presentar limitaciones a la hora de realizar sus actividades diarias (leer, escribir, orientarse, moverse,…)
¿Cuáles son las causas más habituales?
Los problemas en la visión pueden ser causadas por múltiples causas, aunque las más habituales son:
- Cataratas: está consideradas la primera causa de ceguera en el mundo, incluye el 43% de los casos y consiste en una pérdida de transparencia del cristalino. Se da en personas a partir de cierta edad.
- Retinopatía diabética: la sufren las personas diabéticas. Al no controlar los niveles de azúcar en sangre la vista se ve afectada, avanzando hacia una ceguera progresiva.
- Degeneración macular asociada con la edad: en sus fases iniciales provoca pérdida de visión en la parte central del ojo, pero si sigue avanzando puede convertirse en ceguera.
- Glaucoma: lleva a la pérdida de la visión periférica del ojo al aumentar la presión interna del mismo.
- Tracoma: infección que afecta a ambos ojos y que puede acabar provocando ceguera si no se trata correctamente.
- Ametropías: miopía, la hipermetropía y astigmatismo.
- Retinosis pigmentaria: se reduce la visión periférica y la capacidad de ver en la oscuridad. Suele ser de origen genético.
Grados de discapacidad visual
Para determinar si una persona tiene algún tipo de patología en la vista, debe acudir a la consulta del oftalmólogo. Asimismo, aconsejamos acudir a consulta en el caso de tener dificultad para leer, ver de cerca o de lejos, captar las imágenes con nitidez o en el caso de que se sufra conjuntivitis o supuraciones en el ojo.
Existen cuatro grados de discapacidad visual:
- Leve: agudeza visual inferior al 50 %.
- Moderada: inferior al 33 %.
- Severa: grado de agudeza visual menor a un 10 %.
- Ceguera total: grado inferior al 1 %.
Desde el punto de vista funcional se puede realizar la siguiente clasificación:
- Parcial: se dice que hay discapacidad visual parcial cuando sólo se ve afectado un ojo, o cuando son los dos, pero de forma parcial.
- Total: pérdida de visión en ambos ojos, se alcanza una agudeza visual de 0,1 % o más.
- Absoluta: si la agudeza visual no supera el valor de 0,1 %.
¿Qué necesidades de una persona con discapacidad visual?
Existen una serie de ayudas que mejoran y facilita el día a día de una persona que sufre algún tipo de patología grave en la visión. Las más conocidas son los bastones, perros guías o GPS’s, para mejorar la orientación. Hoy en día existen ayudas cada vez más eficaces, como el visor electrónico de realidad aumentada y las llamadas gafas inteligentes.
Para personas que necesiten ver mejor los objetos, existen dispositivos que posean tipografías aumentadas, lupas y gafas de alta potencia. En el caso de la ceguera disponen del sistema braille para leer.
En algunos casos, estas personas requieren que su casa esté adaptada a sus propias condiciones visuales.